¡No quiero ir a Trabajar!

Hoy en día vivimos en un mundo digitalizado, con nuevos retos, y bastante competitivo en las organizaciones. Interactuamos con muchas personas en el ámbito personal y profesional todos los días y estamos expuestos a los conflictos interpersonales resultantes de esas relaciones.

La politiquería, los estilos de liderazgo autoritarios, la poca claridad de funciones, las cargas y jornadas excesivas de trabajo, son factores que generan conflicto y que pueden tener consecuencias graves en el centro de trabajo como: violencia, abuso o acoso laboral.

Es inevitable no exponerse a esos problemas en el trabajo, lo valioso es encontrar mecanismos que permitan detectarlos a tiempo y poder identificar cualquier tipo de factor o riesgo psicosocial que afecte un entorno organizacional favorable.

Los canales de apelación ayudan a escuchar de manera oportuna lo que está sucediendo en la organización, además es uno de los requisitos que la Secretaría de Trabajo y Previsión Social solicita como obligación a los centros de trabajo.

Los buzones tradicionales de sugerencias o quejas que se implementan en algunas organizaciones de manera interna, tienen poca usabilidad y generan desconfianza en los colaboradores porque se pierde objetividad al ser operados por agentes internos que en ocasiones son juez y parte.

Si el responsable de la recepción de quejas y sugerencias, es la persona de recursos humanos, quien administra los finiquitos y liquidaciones, nadie va a querer presentar una queja.

Contar con un buzón de quejas y sugerencias, administrado por un agente externo, motiva a los colaboradores a sentirse tomados en cuenta, mejora la comunicación de la empresa y además fomenta la innovación mediante aportaciones asertivas de los empleados.

Para que la voz de los empleados sea escuchada, se debe contar con un mecanismo efectivo que permita brindar confianza. Los buzones digitales ayudan, pero también deben de ser difundidos de manera efectiva.

Parte fundamental para fomentar su uso, es el seguimiento a las solicitudes recibidas en el mismo. Es indispenseble contar con responsables para que los colaboradores busquen de manera proactiva participar y vean que hay resultados a raíz de sus aportaciones ademas de cuidar el anonimato y la confidencialidad del mismo.

De esta forma se contruye un equipo participativo con personal que se siente escuchado. El talento del equipo de trabajo, es lo que mueve a la organización.

Los buenos lugares de trabajo tienen que empezar a implementar alternativas que ayuden a mejorar sus resultados de negocio, con herramientas enfocadas en la gente que al final es el recurso más importante que logra los objetivos de negocio.